lunes, 31 de agosto de 2009

YO LEÍ A WALT WHITMAN


Existe un miedo.
Vamos a encararlo, vamos a analizarlo, vamos a sopesarlo, vamos a diseccionarlo, vamos a encuadrarlo, vamos a valorarlo.
No me quiero poner catastrofista pero podría pasar lo peor y qué ocurre si las consecuencias son tan terribles tan terribles tan terribles que no...
que no
¿que no?
!que no!

Mola tener herramientas
Sobre todo si sabes usarlas.

¿Alguna vez has tenido una llave inglesa muerta de la risa en el cajón de tu casa? ¿Y un destornillador? ¿Es que no te acordabas de que estaban allí? ¿O es que, por el contrario, el desperfecto era tan grande que te hacía perder perspectiva? ¿El desperfecto era tan grande que te comía, te engullía, te hundía en los más profundo de tus miserias? ¿Tan grande tan grande tan grande que te separaste de tu mujer, te quitaron la tutela de tus hijos, te quitaron la casa y ahora estás viviendo debajo de un puente entre cartones y porquería?
Seguro que no.

Así que ya sabes.
Vete, infórmate, usa la cabeza y decide.
Actúa
Acciona
Haz como Walt Whitman que en sus largas letanías se erigió como el poeta de la tierra nueva,
la tierra prometida,
las hojas de hierba,
el poeta del cuerpo y el poeta del alma.
Oh Walt Whitman
Tú que recorrías raudo y veloz sobre tus versos montados, intrincados, a veces confusos
Tú que te permitías el lujo de mezclar la libertad con la democracia con las hojas de hierba con tus hombres desnudos con tus prostitutas
Tú que te erigiste o te erigieron como la voz, el poeta de los que habían cruzado el atlántico
Yo no soy Walt Whitman, yo no tengo su barba, no tengo su ingenio, no tengo su dominio de la palabra ni del verso
Yo no conozco a prostitutas ni vivo en contacto con la naturaleza ni hago cantos a la democracia
Yo no soy lo bastante digno o adecuado o idóneo para mezclar temas y versos y palabras con tu mismo ingenio y maestría
Pero aquí en mi blog, porque tú no tenías blog, me permito la licencia de recordarte Y de imitarte y de acabar así cuando la inspiración original de esta entrada era mi miedo.Roguemos al señor. Te rogamos, óyenos.

No hay comentarios: